¿Recuerdas Intensamente 2 (Inside Out 2) de Disney Pixar?
En la película, aparece un personaje de color naranja que se apodera de la mente de Riley: Ansiedad. Su intención es protegerla, ayudarla a encajar, pero termina cambiando su esencia y haciéndola sentir que no es suficiente. ¿Te ha pasado algo similar? A mí sí.
Por mucho tiempo, viví tratando de encajar, cambiando mis gustos y hasta mi forma de ser para ser aceptado. La ansiedad me convencía de que, si no me adaptaba, no pertenecería. Pero, ¿a qué costo? Me estaba perdiendo a mí mismo.
La ansiedad nos hace vivir situaciones que en realidad nunca sucederán. Un claro ejemplo de esto es la escena en la que Riley trata de dormir, pero su mente la bombardea con proyecciones de momentos que, entre comillas, “podrían suceder”. ¿Realmente ocurrirán? Claramente no. Las probabilidades son mínimas, pero la ansiedad descontrolada nos lleva a sobrepensar y a dejarnos arrastrar por esos pensamientos negativos. Como dice el personaje de Alegría en la película:
“No sé cómo puedo detener la ansiedad. Tal vez no se puede. Tal vez todo esto ocurre cuando creces. Sientes menos… alegría.”
— Escena de Intensamente 2 (2024)
Mi perspectiva.
Muchas veces creemos que la ansiedad es nuestro enemigo, que solo nos arrastra a lo peor. Pero, como en la película, en realidad solo intenta protegernos… aunque de una manera torpe. Nos llena de pensamientos negativos, nos hace imaginar escenarios catastróficos y, en algunos casos, nos lleva a experimentar ataques de pánico. Es como si nuestro propio Inside Out estuviera en caos, haciéndonos sentir atrapados en un mar de preocupaciones constantes.
Hay una escena en la que Riley intenta dormir, pero su mente no la deja en paz. Su Ansiedad la bombardea con “posibles futuros” que en realidad no van a pasar. ¿Te ha pasado? Yo he estado ahí. Aprender el manejo de la ansiedad no es fácil, pero con el tiempo entendí que no todo lo que mi mente me dice es real.
Al final de la película, la misma Ansiedad reconoce su error: “No podemos decidir quién es Riley”. Y eso fue un golpe de realidad para mí. Porque nadie—ni la ansiedad, ni el miedo, ni las expectativas de otros—debería decidir quién soy.
Últimamente he tratado de ser más amable conmigo mismo. Aún hay días difíciles, pero estoy aprendiendo a gestionar mi ansiedad, a detener mis pensamientos negativos antes de que me consuman, y sobre todo, a recordar que soy suficiente tal como soy.
Lo cierro con una frase que me inspira mucho: “Tienes que esperar grandes cosas de ti mismo, incluso antes de hacerlas”. — Michael Jordan
📢 Ahora quiero escucharte a ti
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